No olviden visitar su blog y leer la super historia que escribe Sheilita: Intromisión.
El capitulo 8 lo pueden leer ya mismo en el blog de mis sisters las Nenas Belikov.
CAPITULO 7
ERA COMO
YO usualmente no creía en Dios o el destino, pero ahora lo estaba reconsiderando seriamente. Después de desmayarme, Sydney aparentemente había hecho algunas llamadas frenéticas y alguien que ella conocía en Baia había venido por nosotras –entre los riesgos de la oscuridad- para rescatarnos y llevarnos a un lugar donde pudieran tratarme. Lo cual fue sin duda la razón del porque tenia la vaga sensación de estar en un carro durante mis delirios, eso no podía ser parte de un sueño.
Y entonces, de alguna manera, de todas las Dhampirs en Baia, termine al cuidado de la madre de Dimitri. Eso fue suficiente para hacerme considerar seriamente que hay algo de verdad sobre las grandes fuerzas que trabajan sobre nosotros en el universo. Nadie me dijo exactamente como paso esto, pero aprendí rápidamente que Olena Belikova tenia una reputación entre sus pares como sanadora –sin siquiera usar ningún tipo de curaciones mágicas. Ella había tenido una formación médica y era la persona a la que otros Dhampirs –y algunos Moroi- acudían a esta región cuando querían evitar la atención humana. Indistintamente. La coincidencia era muy extraña, y no pude evitar pensar que algo estaba pasando en todo esto Algo que no podía entender.
Por ahora, no me preocuparía mucho sobre los comos y los porque de mi situación actual. Estaba demasiado ocupada tratando de abrir mis ojos para observar mi entorno y a sus habitantes. Olena no vivía sola. Las hermanas de Dimitri –tres de ellas- vivían con ella, junto con sus hijos. El parecido de la familia era increible. Ninguno de ellos se parecía exactamente como Dimitri, pero en cada rostro, podía verlo. Los ojos. La sonrisa. Hasta el sentido del humor. Observándolos parecía que Dimitri no hubiera desaparecido, y al tomar conciencia de que realmente se había ido –me sentía peor. Donde quiera que mirara a cualquiera de ellos con mi visión periférica, creía que estaba viendo a Dimitri. Era como una casa de espejos, con reflejos distorsionados de el en todos lados.
Incluso la casa me traía sensaciones. No había señales obvias de que Dimitri hubiera vivido allí alguna vez, pero Yo lo guarde en mis pensamientos, aquí es donde creció. El camino por estos pisos, toco estas paredes…
Así como camine de cuarto en cuarto, también toque las paredes, tratando de drenar su energía de ellas. Lo imaginaba sentardo en el sillón, volviendo a casa de la escuela. Me preguntaba si se habría resbalado de la barandilla cuando El fue pequeño. Las imágenes eran tan reales que tuve que recordarme a mi misma que el no había estado aquí en años.
“Te estas recuperando impresionantemente,” Olena lo noto la mañana siguiente después de revisarme. Ella observaba con aprobación mientras yo inhalaba el aroma de un plato de blini. Ellos tenían unos ultra delgados panqueques con capas de mantequilla y jamón. Mi cuerpo siempre requirió de un montón de comida para mantenerse fuerte, y pensaba, siempre y cuando no estuviera masticando con la boca abierta o algo así, que no había razón alguna para sentirme mal por comer demasiado. “Yo pensaba que estabas muerta cuando Abe y Sydney te trajeron.”
“¿Quien?” Yo pregunte mientras mordía la comida.
Sydney estaba sentada en la mesa con el resto de la familia, casi ni tocando su comida como era usual. Se veía claramente incomoda de estar en un hogar Dhampir, pero cuando baje las escaleras esta mañana, definitivamente vi algo de alivio en sus ojos.
“Abe Manssur,” dijo Sydney. A menos que estuviera equivocada, algunas de las personas de la mesa intercambiaron miradas de complicidad.
“El es un Moroi. Yo… yo no sabia cuan mal herida estabas anoche, entonces lo llame. El condujo hasta aquí con sus guardianes. Fue el quien te trajo aquí anoche.”
Guardianes. Varios. “¿Es de la realeza?” Manzur no era un apellido real, pero eso no era siempre un indicio seguro del linaje de alguien. Y a pesar de que yo estaba empezando a creer en las relaciones sociales de Sydney y en sus conexiones con gente poderosa, no podía imaginar porque alguien de la realeza pudiera salirse de su camino por mí.
A menos que quisiera un favor de los alquemistas.
“No,” ella dijo abruptamente. Yo fruncí el ceño. ¿Un Moroi sin linaje real con mas de un guardián? Muy raro. Estaba claro que ella no iba a decirme nada más sobre el tema –al menos por ahora-.
Me trague otro bocado de blini y volvi mi atención de nuevo a Olena. “Gracias por dejarme quedar aquí.”
La hermana mayor de Dimitri, Karolina, estaba en la mesa también; con su hija bebe y su hijo Paul. Paul tenía alrededor de diez años y se veía fascinado por mí. La hermana adolescente de Dimitri, Viktoria, también estaba ahí. Aparentaba ser un poco mas joven que yo. La tercera hermana Belikov, se llamaba Sonya y había salido a trabajar antes de que yo me levantara. Tendría que esperar para conocerla.
“¿Realmente mataste dos Strigoi tu sola?” Paul me pregunto.
“Paul,” chisto Karolina. “Esa no es una pregunta educada para hacer.”
“Pero es una interesante,” dijo Viktoria con una sonrisa. Su cabello castaño estaba manchado con dorado, pero sus ojos oscuros brillaban tanto como los de Dimitri cuando estaba excitado. Eso hizo palpitar mi corazón. Nuevamente, tenía la cruel sensación de que Dimitri estaba aquí, pero al mismo tiempo sabia que no estaba.
“Ella lo hizo,” dijo Sydney. “Yo vi los cuerpos. Como siempre.”
Puso una expresión cómica y atormentada en sus ojos, y yo me reí. “Al menos los dejare donde puedas encontrarlos esta vez,” mi humor repentinamente disminuyo. “¿Nadie… aviso a los humanos o escucho algo?”
“Me deshice de los cuerpos antes de que alguien los viera,” ella dijo. “Si alguien hubiera escuchado algo… bueno, los bosques son lugares en donde siempre estan llenos de supersticiones e historias de fantasmas. Ellos no tienen verdaderas evidencias de vampiros, de por si, pero siempre tienen ese tipo de creencia de que lo sobrenatural y peligroso estan en los bosques oscuros. Entonces es muy poco lo que saben.”
Ella dijo “historias de fantasmas” sin ningún cambio de expresión.
Me pregunte si ella habría visto algún espíritu anoche, pero finalmente decidí que probablemente no. Ella había llegado al final de la pelea, y debido a la evidencia anterior no había indicaciones de que hubiera visto nada. Nadie más podía ver a los espíritus que yo veía –excepto los Strigoi, como estaba comprobado.
“Debes haber tenido un muy buen entrenamiento,” dijo Karolina, cambiando al bebe de un hombro a otro.
“Luces como si debieras estar en la escuela.”
“Ya la he terminado,” dije, ganándome otra escudriñante mirada de Sydney.
“Eres Americana,” dijo Olena con naturalidad. “¿Que cosa en el mundo te pudo haber traído hasta aquí?”
Podría decir que por su actitud al respecto. El le era totalmente indiferente, lo cual era muy feo. El era simpático y lindo. Olvidando al pobre Nikolai, me concentre en los guardianes de nuevo. Estaba intrigada por las diferentes costumbres y actitudes de aquí.
“Tu dijiste que no puedes... pero ¿tu quieres ser un guardián?”
Ella vacilo. “Nunca lo he considerado realmente. Tomo el mismo entrenamiento que todos en la escuela, y me gusta aprender a defenderme por mi misma. Pero privar de esta defensa a mi familia para servir a un Moroi... supongo que suena...” hizo una pausa de nuevo para pensar la palabra correcta. “...sexista? Pero los hombres se convierten en guardianes, y las mujeres se quedan en casa. Solo mi hermano se fue.”
Casi tropiezo. “Tu hermano?” pregunte, manteniendo mi voz lo mas calmada posible.
“Dimitri”, dijo. “El es mas grande que yo y se volvió guardián hace un tiempo. El esta fuera del país, en Estados Unidos. No lo hemos visto desde hace un largo tiempo.”
“Uhh”.
Me sentí horrible y culpable. Culpable porque estaba escondiendo la verdad a Viktoria y los demás. Horrible porque al parecer nadie se había tomado la molestia de darle la noticia a su familia aun. Sonriendo a sus propias memorias, ella no noto mi cambio de humor.
“Paul luce exactamente igual que el a esa edad. Debería mostrarte fotografías de el – y algunas recientes también. Dimitri es muy bien parecido. Para ser mi hermano, quiero decir.”
Estaba segura de que ver fotos de Dimitri de pequeño bastarían para terminar de romper mi corazón. Como era de suponerse, mientras Viktoria mas hablaba de el, yo mas enferma me sentía. Ella no tenia idea de lo que estaba sucediendo, y aunque hacían ya una par de años desde la ultima vez que lo vieron, era claro que ella y el resto de la familia lo amaban con locura. Eso no debía sorprenderme. (Y realmente ¿Quien no podría amar a Dimitri?) (N.T en esto Rose tiene toda la razon si supiera jajaja)
Aunque estuve con ellos solo una mañana me había dado cuenta de lo unidos que eran. Yo sabia por las historias que me contaba Dimitri que el también los amaba.
“¿Rose? ¿Estas bien?” Viktoria me observaba con preocupación, probablemente porque no había dicho nada en los últimos diez minutos.
Dimos una vuelta por el lugar y volvimos a su casa.
Mirándola, con su cara y ojos amables, tan parecidos a los de Dimitri, y me di cuenta de que había otra tarea para mi antes de ir por Dimitri, dondequiera que estuviera. Trague saliva.
“Yo... si. Creo... yo creo que necesito sentarme contigo y el resto de tu familia.”
“Ok,” dijo, con preocupación en su voz.
Dentro de la casa, Olena estaba merodeando por la cocina con Karolina. Supuse que estaban planeando que preparar para la cena de esta noche, lo cual era alarmante si se consideraba que acabábamos de terminar un copioso desayuno. Definitivamente podría acostumbrarme a la forma en que comían aquí. En la sala de estar, Paul estaba jugando con sus legos. Yeva estaba sentada en un sillón y aparentaba ser la abuela de la mayoría de los estereotipos del mundo mientras tejía un par de calcetines. Excepto que la mayoría de las abuelas no podría incinerarte con solo una mirada. ( N.T. no definitivo no quisiera conocerla)
Olena estaba hablando con Karolina en ruso pero cambiaron a ingles cuando me vieron. “Ustedes dos volvieron antes de lo que esperaba.”
“Vimos la ciudad,” dijo Viktoria. “Y... Rose quiere hablar con todos nosotros.”
Olena me lanzo una mirada tan preocupada y consternada como Viktoria. “¿Que es lo que esta pasando?”
La manera en que los ojos de todos los Belikov se posaron sobre mi hizo latir fuertemente mi corazón en mi pecho. ¿Como iba a hacer esto? ¿Como podría explicarles algo de lo que no pude hablar en semanas? No podía hacerles eso – o a mi misma – pasar por esa situación de nuevo. Cuando Yava me fulmino con la mirada, me hizo sentir peor. Tal vez su sentido místico le avisaba que algo grande estaba por ocurrir.
“Deberíamos sentarnos,” dije.
Paul estaba en la sala de estar, por lo cual yo me sentí agradecida. Estaba bastante segura de
que no podría decir nada si tenia a un pequeño niño – uno que lucia aparentemente como Dimitri – mirándome.
“Rose, ¿que es lo que esta mal?” pregunto Olena. Parecía tan dulce y buenoa... maternal, que casi me echo a llorar. Cada vez que había estado enojada con mi madre por no estar cerca o hacer un buen trabajo, siempre la compare con alguna imagen idealizada de una mama – una mama que se veía mucho como la mama de Dimitri. Note que las hermanas de Dimitri lucían igualmente preocupadas, como si me conocieran desde siempre. Esa aceptación y preocupación hizo que mis ojos quemaran aun mas, al entender que solo los conocía desde esta mañana. Yeva puso una muy extraña expresión, como sea – al menos parecia como si hubiera estado esperando algo así desde hace rato.
“Bueno... la cosa es, la razón por la que vine hasta aquí, a Baia, era para encontrarlos a ustedes.”
Eso no era totalmente cierto. Vine a buscar a Dimitri. Nunca pensé en buscar a su familia, pero ahora comprendía que hallarlos fue muy bueno.
“Verán, Viktoria estaba hablando sobre Dimitri antes.”
La cara de Olena se ilumino cuando mencione el nombre de su hijo. “Y... conocí – ehh, yo lo conocí. El era un guardián en mi escuela. Mi profesor, mas precisamente.”
Karolina y Viktoria se iluminaron también. “¿Como esta el?” pregunto Carolina. “Hace años que no lo vemos. ¿Sabes cuando vendrá a visitarnos?”
Ni siquiera podía pensar en como responder esa pregunta, así que seguí adelante con mi historia antes de perder valor frente a todas estas amorosas caras. Mientras las palabras salían de mi boca, parecía como si otra persona estuviera hablando y yo simplemente observara desde la distancia. “Hace un mes... nuestra escuela fue atacada por Strigois. Fue un horrible ataque... era un grupo gigantesco de Strigois. Perdimos mucha gente – Morois y Dhampirs.”
Olena exclamo algo en ruso. Viktoria se inclino hacia mi. “¿San Vladimir?”
Hice una pausa en mi historia sorprendida. “¿Escucharon de eso?”
“Todo el mundo escucho sobre eso,” dijo Carolina. “Todos sabemos lo que ocurrió. ¿Esa era tu escuela? ¿Estabas ahí esa noche?”
Asentí.
“No es de extrañar que tengas tantas marcas molnija,” respiro Viktoria.
“¿Ahí es donde esta Dimitri ahora?” pregunto Olena. “Perdimos su rastro en su ultima asignación.”
“Uhh, si...” mi lengua se sentía espesa en mi garganta. No podía respirar. “Yo estaba en la escuela la noche del ataque,” reafirme. “Y Dimitri también. El fue uno de los lideres en la batalla... y la forma en que lucho... el era... el era tan fuerte ...y...”
Mis palabras se rompieron, pero para este punto ellos no lo notaban. Olena jadeo y nuevamente murmuraba en ruso. Note que menciono la palabra “Dios”. Karolina se quedo helada, pero Viktoria se inclino hacia mi. Todos sus ojos iguales a los de su hermano estaban sobre mi, con tanta atención como si me empujaran a decir la verdad, sin importar lo terrible que fuera.
“¿Que ocurrió?” demando. “¿Que paso con Dimitri?”.
Mire lejos de sus rostros, mis ojos vagaron por la sala de estar. En la pared del fondo, pude ver una estantería llena de antiguos libros. Tenían relieves dorados en sus lomos, fue algo totalmente al azar, pero de repente me acorde de Dimitri mencionándolos. Tenemos un montón de antiguas novelas de aventuras que mi madre colecciona, me dijo una vez. Las cubiertas son hermosas, y los adoro. Si era cuidadoso, me dejaba leerlos a veces. El pensamiento de un joven Dimitri sentado frente a esta biblioteca cuidadosamente volteando las paginas – y oh, el debía ser muy cuidadoso – casi me hizo perder. ¿Habría sido allí donde el había desarrollado su amor por las novelas del oeste?
Me estaba perdiendo. Me estaba distrayendo. Yo no iba a ser capaz de decirles la verdad. Mis emociones se estaban volviendo demasiado fuertes, mis recuerdos me inundaban, peleaba para pensar en algo – nada –que implicara a esa horrible batalla.
Entonces mire a Yeva de nuevo, y algo sobre su inquietante expresión inexplicablemente me dio animo. Tenia que hacer esto. Me dirigí de nuevo a los otros. “El lucho fuertemente en la batalla, y después, ayudo a encabezar una misión de rescate para salvar a algunas personas que los Strigoi capturaron. El fue realmente impresionante, también, solo... el...”
Pare de nuevo y note lagrimas cayendo por mis mejillas. En mi mente, yo estaba repitiendo la terrible escena en la cueva, con Dimitri tan cerca de la libertad y siendo tomado por un Strigoi en el ultimo minuto. Sacudiendo esos pensamientos lejos, tome un profundo aliento, tenia que terminar esto. Se lo debía a su familia.
No había una forma gentil de decir esto. “Uno de los Strigoi... bueno, desarmo a Dimitri.”
Karolina cubrió su cara con el hombro de su madre, y, Olena no hizo esfuerzos para esconder sus lagrimas. Viktoria no lloraba, pero su rostro estaba completamente inmóvil. Ella estaba trabajando duro para mantener sus emociones alejadas, justo como Dimitri lo habría hecho.
Buscaba mi rostro, necesitando certeza.
“Dimitri esta muerto,” dijo.
Era una afirmación, no una pregunta, pero ella buscaba mi confirmación. Me preguntaba si habría omitido algo, algún indicio de que quedaba mas por contar. O por ahí ella solo necesitaba la certeza de mis palabras. Y por un momento, considere decirles que Dimitri estaba muerto. Era lo que
“No,” dije, y por unos segundos la esperanza surgió en las caras de todos – al menos hasta que hable de nuevo. “Dimitri es un Strigoi.”
Fin de capitulo
Traducido por Marie Ann.
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